La espina dorsal de toda democracia eficiente yace en la fortaleza y veracidad de su sistema electoral. El fraude electoral abunda en las democracias más admiradas del mundo, ya que en todas existe un mago que hace trampa. Esta trampa, o fraude, cuando ocurre, muchas veces pasa desapercibida dejando a los responsables en el poder. Si existe un sistema electoral cuyos parámetros favorecen la manipulación de los votos, pues siempre habrá alguien que trate de hacerlo. Esta manipulación es relativamente fácil cuando las boletas son de papel, o cuando se carece de sistemas para que los ciudadanos voten solo una vez. Son lagunas en un sistema electoral que nunca se arreglaran si continuamos votando de manera anticuada: en papel. 

Votar por Internet es la solución que proponemos. Observando nuestra realidad actual, vivimos en un mundo en el que los ciudadanos pasan gran parte de su tiempo conectados a Internet. Para un ciudadano común y corriente, es mucho más fácil sentarse a su computadora o en su teléfono, y votar mediante una plataforma del gobierno, que ir al colegio electoral a hacer cola para entregar un papelito con una cruz. Es una idea con mucho sentido, pero que no le conviene a ningún gobierno. Votar por internet desmantela el mecanismo sistemático que permite el fraude, y por lo tanto transformaría la atmósfera política de un país por completo. Al entregarle el voto a los ciudadanos, se elimina el poder institucional de los partidos políticos, ya que no pueden manipular los resultados, solo pueden manipular la opinión pública (he aquí la razón de nuestro tercer propósito).  

Esta será nuestra iniciativa, unir a los cubanos bajo una plataforma de votación en la que podamos expresar nuestra voz para determinar el futuro de nuestro país sin involucrar ideologías. Es una vía pacífica que facilita la participación a todos los cubanos de adentro que quieren ser parte de un cambio, pero que no tienen como hacerlo. Votar por internet es la única manera de escuchar la voz de los cubanos de dentro, ya que la represión y el acoso político no se los permite. De esta manera, vamos a crear y decidir el futuro de nuestro país, con un gobierno y una constitución ratificada democráticamente, ya sea un gobierno de izquierda, de derecha, de arriba o de abajo. Un gobierno que refleje transparentemente la voluntad y el derecho del pueblo cubano.